- Te quiero.
- No... No me quieres...
- Claro que sí, boba. ¿Cómo no te iba a querer?
- Te lo estoy diciendo en serio.
No me lo digas, sé que no es verdad.
- Estoy seguro de que te quiero de verdad...
- Anda, no digas tonterías.
- Si tú no sientes lo mismo no tienes por qué decírmelo...
Pero no puedes decidir lo que siento yo por ti.
- Te gustaría quererme y que todo fuera tan bonito, pero no es así.
- Mira, ahora mismo no puedo pensar en querer a nadie más que a ti.
- Ahora mismo no es querer... Querer es siempre.
Y tú no me quieres para siempre; así que no me digas eso.
Puedes decirme que te lo has pasado bien esta noche conmigo.
Pero un te quiero... Hace falta más que un polvo para poder decirlo...
- ¡Pero es lo que yo siento!
- Te has sentido a gusto ahora mismo tumbado conmigo en la cama,
diciendo tonterías tapados con una manta
y con el sol entrando por la ventana...
Te estás confundiendo, eso no es amor, es comodidad.
- Pues sí, tienes razón, estaba tan a gusto...
Y es contigo con la que quiero estar así siempre.
- Pero es que no siempre va a ser así. Apenas me conoces.
No puedes aparecer un día y decidir pasar “elrestodetuvida” conmigo...
Porque es a lo que estás comprometiéndote diciéndome eso.
- No sé... Es sólo que estábamos tan felices
y me ha apetecido decírtelo.
- Pues podrías haber comentado lo bonita que es mi lámpara.
Yo me habría puesto contenta y seguiríamos tan felices, como tú dices...
- ¡Qué boba! ¿Cómo iba a decirte eso?
- ... Pero no, has decidido decirme que me quieres
y estropearlo todo...
- En serio, ¿Es que no me quieres o que no te gusta decirlo?
- No te quiero.
- ¿Entonces ya está? ¿Estás pasando de mí?
- No esperes que te mienta.
- Vale, me voy. ¿Dónde está mi ropa?
- Detrás de la silla.
- Ya te vale, joder. Con lo bien que estábamos.
¿Y todo por decir un “te quiero”?
- Si te sirve de consuelo, no ha sido por el “te quiero”.
Tampoco quería nada contigo anoche...
- ...
- No te hagas el ofendido ahora, ya lo sabías.
Fue lo primero que te dije.
- Sí, pero me tratabas genial y estábamos tan bien juntos
que pensé que esta vez habría sido diferente.
- Siento haberte desilusionado.
- ¿Y tratas así a todos?
- Que no quiera casarme con ellos no implica que tenga que ser una borde. Y tampoco que vaya regalando “te quieros” por ahí...
- No me jodas. Sólo quería decirte algo bonito ¿vale?
¿O es que tampoco te gusta que te digan cosas bonitas?
- Sí, pero cuando son verdad.
Para escuchar mentiras enciendo la televisión.
- ...
lunes, 1 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)